6.02.2006

Libertad de expresión

La libertad de expresión es un valor indispensable para la democracia. El debate nacional y el desarrollo intelectual de un país necesitan de la libre confrontación de ideas y diferentes proyectos. Uno como individuo debe serle fiel a su persona y expresar sus ideas sin miedo a que haya gente que no comparta su punto de vista. Esta es una de las garantías individuales que sabiamente nos otorga nuestra constitución.

Los verdaderos avances intelectuales se han dado cuando la gente puede expresar y confrontar libremente sus ideas. Esta libertad permite que la imaginación individual desafíe a la comunidad con ideas completamente nuevas que cuestionan el paradigma con el que comprenden la realidad. La libertad de expresión fomenta el desarrollo del individuo y la evolución y revolución de las ideas. Esto último es lo más importante pues una idea puede cambiar a millones. Es imposible medir el impacto que pueden tener.

A lo largo de la historia el ser humano ha visto esta libertad marchitada en distintos momentos como: la Alemania Nazi, la Unión Soviética, EU durante el Macartismo, la reforma protestante y la invención de la prensa, etcétera. México no estuvo exento de esta represión, antes el país tenía una prensa amordazada – si algún periódico publicaba una nota crítica contra el gobierno en turno, éste le suspendía el suministro de papel para la impresión del día siguiente.

Actualmente el gobierno ya no es el gendarme que solía ser. La libertad moderna del ciudadano consiste entonces en dedicarse a sus propios asuntos bajo la protección de la ley. Sin embargo existen otros tipos de taboos o de bozales. Actualmente escribir de manera crítica contra la corrupción y el narcotráfico representa un peligro para los periodistas. Pasamos de un extremo a otro; de un estado que intentaba controlar todo a un estado que no puede controlar nada. Cuando un individuo o un grupo pueden romper la ley y quedar impunes, es un síntoma de que el Estado no funciona bien. Una de las cosas que esta fuera de su control es el narcotráfico. Un conjunto de personas que deciden no obedecer la ley y poner en tela de juicio la autoridad que tiene el estado es una clara muestra de que no cuenta con el monopolio de la violencia.

Ahora, si un gobierno no es capaz de asegurar el ejercicio pleno de todos los derechos de sus ciudadanos, de acuerdo con una visión contractualista, podrían desconocer este estado. Esto es un peligro de acuerdo con Thomas Hobbes ya que la sociedad caería en la anarquía (que según el teórico ingles considera un estado de guerra de todos contra todos); que es un estado de incertidumbre, miedo e infelicidad.

Esto no quiere decir que el país se dirige a una revolución. Quiere decir que aún en el siglo XXI, el estado mexicano tiene severas deficiencias ante los ojos de un teórico del siglo XVII. La libertad de expresión no es bandera de ninguna fuerza política, ni debe serlo. La defensa de la libertad en general no es exclusiva de la derecha. Inclusive se podría decir que es la izquierda el movimiento que verdaderamente está comprometido con el desarrollo y libertad individual. En esa izquierda se inserta mi izquierda, la de PM en México y Bachelet en Chile. Una izquierda que busca darle la oportunidad a los ciudadanos de que sean libres y escapen a la enajenación de la política por los políticos de siempre. Una oportunidad de que una opción ciudadana se convierta en un actor de peso en la política nacional y reforme el sistema.

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