10.13.2006

Intégration, Integration, Integración

Intégration, Integration, Integración
¿El francés tiene alguna función para el proceso de integración de América del Norte? Muchos pensarían que no. Sin embargo, para el proceso de integración en la región el reconocimiento del idioma francés es un elemento sano, necesario por las reflexiones que arroja en los campos de la teoría política y las posibilidades de enriquecimiento cultural debido a la coexistencia entre diferentes idiomas.
I. ¿Qué significa el reconocimiento del idioma francés para la teoría política?
Hacia finales del siglo XX diversos movimientos sociales hicieron ver al mundo que la mayoría de los países están compuestos por sociedades multiculturales.[1] Quiere decir que en un mismo país pueden existir dos, o más, culturas distintas. El problema es que una de esas culturas, a lo largo de la historia, se impuso – por la fuerza seguramente- e implantó una forma de ver el mundo. Esto representa un conflicto porque las culturas minoritarias crecen y se desarrollan con una imagen peyorativa de sí mismas, como dice Charles Taylor:
La tesis es que nuestra identidad se moldea en parte por el reconocimiento o por la falta de éste; a menudo, también, por el falso reconocimiento de otros, y así, un individuo o grupo de personas pueden sufrir un verdadero daño, una auténtica deformación si la gente o la sociedad que lo rodean le muestran, como reflejo, un cuadro limitativo, o degradante o despreciable de si mismo. El falso reconocimiento o la falta de reconocimiento puede causar daño, puede ser una forma de opresión que aprisione a alguien en un modo de ser falso, deformado o reducido. (Taylor, 2001: 43-44)

En un país democrático, la opción lógica sería que la mayoría de los ciudadanos decidieran cómo resolver el conflicto. Pero cuando existe una cultura mayoritaria se tienen que proteger los derechos de las minorías y la existencia digna de su cultura.
La gran aportación de los québécois para la integración de Norte América es que muestran el camino para la convivencia pacífica entre dos o más culturas.[2] Una de las conclusiones a las que nos lleva la política del reconocimiento de la cultura québécois es que no hay una cultura que sea mejor que otra; entonces ninguna goza de legitimidad para asfixiar a las demás. Así, llegamos a una gran pregunta en el debate contemporáneo de la ciencia política: ¿el Estado debe proteger ciertos tipos de vida, culturas; o debe permanecer neutral?
No creo que un Estado liberal pueda ser neutral.[3] Soy de la idea de que cada cultura es igualmente valiosa, por lo tanto, el Estado debe tomar ciertas medidas para asegurar la supervivencia y la riqueza que brinda la diversidad cultural, perdiendo así su neutralidad.
II. ¿Culturalmente cuál es la importancia del francés?
El francés es un idioma con una larga historia que tuvo una gran influencia en muchas partes del mundo. Fue considerado como el idioma universal en el siglo XIX y tiene un vínculo muy estrecho tanto con el español como con el inglés. No cabe duda de la riqueza que entrañan el idioma y la cultura francesa. Pero el argumento que quiero esgrimir va más allá de su riqueza cultural. Jürgen Habermas propone que por medio del diálogo –entre dos o más personas- se puede alcanzar una intersubjetividad, o alteridad, que enriquezca la cosmovisión de los miembros del diálogo, lo cuál los aproximará más a la realidad.
Esto también reafirma nuestra identidad como personas porque al reconocer al otro identificamos aquellos rasgos que compartimos y aquellos que nos hacen únicos. Como señaló Herder, lo mismo se puede decir entre culturas.[4] Muchos pensadores coinciden en que el lenguaje da estructura a nuestra forma de pensar; de esa manera determina nuestra forma de ver el mundo. Así, la comprensión y aceptación de otros idiomas y culturas enriquece nuestra capacidad para asir la realidad porque nos hace concientes de otras formas de interpretar el mundo. Por lo tanto, la convivencia pacífica e institucional de diversas culturas en la región nos hará un lugar dónde el debate pueda ser mucho más rico.
III. Conclusiones: ¿Esto por qué es relevante para México?
Porque después de la rebelión zapatista, el debate teórico nacional fue alimentado por todas estas ideas internacionales. Una de las maneras en las que México pudo interpretar este movimiento –de un grupo cultural minoritario que demandaba autonomía- fue tomando como referencia el conflicto entre Québec y Canadá. José Antonio Aguilar señaló cuál es el reto para México; y creo que es el mismo que enfrentamos como región si lo que buscamos es una mayor integración:
En México el reto consiste en diseñar instituciones que, basadas en los principios liberales, representen y aseguren mejor los derechos de los miembros de grupos minoritarios. Las instituciones son importantes ahí donde existe el pluralismo cultural porque pueden moldear y alentar normas de buena vecindad, porque son capaces de adjudicar conflictos en contextos y situaciones particulares, y porque pueden inducir a los actores a compartir criterios de autogobierno y de participación en el espacio público. (Aguilar: 2001, 106)

IV. Bibliografía:
I. Libros y Capítulos de libros:
Aguilar Rivera, José Antonio (2001), El fin de la raza cósmica: Consideraciones sobre el esplendor y la decadencia del liberalismo en México, México, Océano
Coon, Dennis (1999), Psicología: Exploración y Aplicaciones, México, Internacional Thomson Editores.
Habermas, Jürgen (1998), “’Razonable’ versus ‘Verdadero’, o la moral de las concepciones del mundo” en Jürgen Habermas y John Rawls en Debate sobre el liberalismo político. México, Paidós.
Kymlicka, Will (1992), “Liberal Individualism and Liberal Neutrality” en Shlomo Avinieri y Avner de-Shalit (eds.) Comunitarism and Individualism, Oxford, Gran Bretaña, Oxford University Press.
Nozick, Robert (1992), “Distributive Justice” en Shlomo Avinieri y Avner de-Shalit (eds.) Comunitarism and Individualism, Oxford, Gran Bretaña, Oxford University Press.
Taylor, Charles (2001), El multiculturalismo y la política del reconocimiento, México, FCE.
­­___ (1996), Fuentes del yo; la construcción de la identidad moderna. Barcelona, Paidós.
Villoro, Luis (1999), De la libertad a la comunidad, Transcripción del ciclo de conferencias en la Cátedra Alfonso Reyes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. México, Ariel.
II. Revistas:
Breña, Roberto (1995), “El debate entre el liberalismo y el comunitarismo” en Política y Gobierno, num. 2, segundo semestre 1995, revista 11.
Deets, Stephen (2002), “Liberal Pluralism: Does the West Have any to Export?” en Journal of Ethnopolitics and Minority Issues in Europe, Issue4/2002.
Labelle, Micheline (2005), “The Challenge of Diversity in Canada and Quebec” en Policy Options, Marzo Abril 2005.

Autor: Roberto Francisco Gerhard Tuma
[1] Ejemplos de estos casos son los movimientos que han buscado autonomía en: Québec, Chiapas, El país Vasco, Kosovo, etc. algunas ocasiones pueden ser más violentas que otras.
[2] Se podría decir que el movimiento a favor de los derechos de los afro-americanos fue anterior, sin embargo su argumento era más bien racial y no tanto cultural. Sin embargo, ambos se podrían considerar dentro de los movimientos a favor de los derechos de las minorías.
[3] Por que como dice Will Kymlicka: “cualquier intento colectivo de un Estado liberal de defender el pluralismo, sería en sí mismo una violación de los principios liberales de justicia. El Estado no tiene la capacidad de interferir en el desarrollo del mercado cultural, excepto para asegurar que cada individuo tenga una distribución justa de los medios necesarios para ejercer su poder moral. El bienestar, o la desaparición, de diferentes concepciones del bien, y por lo tanto, de ciertas uniones sociales con algún carácter particular no es labor del Estado.” (Kymlicka: 1992, 170)
[4] “Herder aplico su concepción de la identidad en dos niveles, no sólo a la persona individual entre otras personas, sino también a los pueblos que transmiten su cultura entre otros pueblos.” (Taylor: 2001, 51). También es importante señalar que no sólo el lenguaje determina el pensamiento sino que al mismo tiempo el pensamiento y la cultura forman al lenguaje, de manera que es una relación bilateral y dinámica.

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